miércoles, 20 de abril de 2011

Temo, pues desconozco II

Volvió a abrir los ojos, intentó incorporarse
Intentó recordar como había llegado hasta ese punto, pero sólo venían imágenes confusas. De pronto, con toda claridad, recordó una escena, probablemente la causante de todo...

" Cerraba las puertas, confiada en que iba a ser la mejor noche de su vida. Había quedado con su hermana y su novio, y con su actual novio, su amigo de toda la vida.
Sonó el móvil, miró el número, pero no averiguó quien era. Lo descolgó y ante la pregunta de quién era, el receptor colgó.
Sin preocuparse siquiera volvió a guardar el móvil en su bolso.
Se retocó una vez más el pelo en el espejo y apagó las luces.
Cuando estaba apunto de cerrar la puerta de la calle, una música comenzó a salir del salón, una música suave, terrorífica y elevada. De aquella habitación salía una luz proyectada por momentos, como si surgiera de la televisión. Atemorizada se dirigió al sonido, con miedo. Pensaba que se habría dejado la tele encendida sin querer, pero por mucho que pensara eso, su corazón iba a mil por hora y su mente le decía “ve con cuidado, da la vuelta, no te acerques, llama a Victor, ¡huye!” pero al parecer sus piernas y su mente decían cosas totalmente diferentes, cosa que no ayudaba para nada en ese momento.
Mientras andaba hacia su salón la tensión iba en aumento. Mientras la mano le temblaba agarró el picaporte y lo giró para adentrarse en una visión de algo que jamás hubiera imaginado que estaría allí.
La tele estaba encendida e iluminaba a una persona, sentada en el sofá con el mando en las manos, mirando la tele sin ver nada concreto. Una persona rencorosa, loca y deseando ser visto por ella. Pero ella no lo veía como él, un obsesionado paranoico, un loco enamorado, un inconformista de sentimientos.
Ella asustada intentó decir alguna palabra, pero el miedo lo impedía, las palabras no salían y ella estaba asustada, tan asustada que no podía ni moverse. Quería salir corriendo, pero era demasiado tarde, ya había abierto la puerta hacia su destino.
Él la miro con una sonrisa decidida, como si para él fuera de lo más normal, dejó el mando lentamente en la mesa y se dirigió hacia ella.
Ella retrocedía a cada paso que él daba.
Un golpe seco, dolor punzante en la cabeza y pérdida del conocimiento "
Después esto...
¿Porqué? La pregunta sin respuesta.
Ruidos: puertas cerrandose y abriendose, un carro trasladandose al mismo tiempo que los pasos de una persona, y el peor de todos los sonidos: Silencio inmediato.
Una voz : ¿Preparada?

Laura Calvo (Kira)
 

2 comentarios:

  1. Me gusta, me encanta, me has enganchado Laura.
    Quiero seguir leyendo de tus aventuras. No pares.
    La intriga me puede, ¿Cómo se te ocurren estas cosas?
    Espero la próxima entrada.

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  2. Dios Laura, me encantan tus historias ya lo sabes :$ jajaja estoy esperando la próxima.
    Sara Mira !

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