jueves, 28 de abril de 2011

Temo, pues desconozco III

Mientras tanto, en otro lugar . . .
Jugando con su pelo se divierte, le peina para delante, para atrás, para los lados, y sonríe.
Todos los peinados le quedan bien.
Se acerca una vez más y se lo descoloca quedando un despeinado curioso, dándole un toque arrebatador, seductor, embriagador.....apasionante.
Como un acto reflejo, pone las manos sobre sus mejillas, sonríe y le besa suavemente.
Él no sabe como reaccionar, no se mueve.
Ella se retira lentamente y con la sonrisa aún puesta le vuelve a descolocar el pelo. Al apartarse para contemplarle un poco más lejos, se percata de su expresión de sorpresa, de duda, de desconcierto. Entonces se da cuenta de lo que acaba de hacer, su sonrisa desaparece, la tensión se apodera de su cuerpo, agarra su mochila y sale corriendo. Dejándolo atrás. Lo abandona. Sin mirar atrás. 
Lo había hecho, no había tenido esa intención, no en ese momento. Sabía que él no la aceptaría, ya la había rechazado antes, y aun así había pasado, le había besado.
Paró.Tiro la mochila al suelo, con desesperación. Una mejilla corría por su mejilla y llegaba su destino. No tenía fuerzas para continuar.
Él, sentado en el banco del local dónde ella le había dejado, reflexiona sobre lo que ha pasado, no sabe que hacer, no puede reaccionar. Ella siempre había sido su amiga y todo estaba bien así, no podían estropearlo, no ahora que el la necesitaba. Había probado el sabor de sus labios, levemente, pero suficiente para no poder olvidar, para desearlo con más fuerza. No podía dejar que ésto se olvidara como si no hubiera ocurrido. Cogió su bolsa y salió por la misma puerta donde momentos antes una chica asustada había huido de él.
Comenzó a correr hacia ella, recorriendo sus mismos pasos, hasta que consiguió localizarla, allí, de pie bajo esa farola, con la lluvia mojando su pelo, su cara, su chaqueta...
Se acerca a ella, pausadamente. Ella de espaldas, a pocos centímetros el uno del otro.
Ella se gira buscando su mirada. Ambos se miran, los segundos se pasan y a su alrededor sólo se oye el maullar de unos gatos que reclaman su comida.
Él da un paso al frente, ella no se mueve. Él pasa un brazo por su cintura para atraerla hacia su cuerpo. Se agacha levemente para que sus labios se encuentren, y la beso ardientemente, con deseo, como si llevara tiempo buscando ese momento, como si se fuerana desgastar, como si no hubiera un mañana.
Ella no entendía su reacción, pensaba que nada sería así
Él no llegaba a comprender el efecto que uno de sus beso había provocado en ella, un simple beso había abierto una puerta de sentimientos insospechados.
Ambos sabían que era eso lo que deseaban, lo único que querían.
¿Quién les diría que alguien los vigilaba desde al lejanía?

Laura Calvo (Kira)




2 comentarios:

  1. Me parece muy buena entrada Laura.
    Sigue así que tu relato me parece super interesante !
    Y bueno cuando quieras pásate por nuestro blog.
    http://g1safatic.blogspot.com/
    Un beso grande!
    Juan Carlos Pereira

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  2. Ya se va desvelando un poco mas el misterio.
    Aunque sigo con la intriga de la primera parte xD

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